Aceite Esencial de Melisa (Melissa officinalis)
Cuenta la tradición que uno de los componentes imprescindibles de los famosos elixires de la juventud medievales era la melisa. Se cree que con ella ideó Paracelso una fórmula mágica con la que conseguía devolver el vigor juvenil a los cuerpos cansados, que tomada con frecuencia, favorecía la longevidad. Se decía que tenía el poder de alegrar el espíritu, fortalecer la memoria y ahuyentar la tristeza. Es de la melisa (combinada con raíz de angélica) de donde, ya a principios del siglo XIV, los carmelitas descalzos obtuvieron la tan conocida «agua del Carmen», un licor muy recetado contra las crisis nerviosas, usado también para el aseo personal.
Esta planta herbácea perenne, pertenece a la familia botánica de las Labiadas. Tiene una altura de entre 30 y 80 cm, con tallos erectos, angulosos y recubiertos de un denso vello. Hojas opuestas, de aspecto arrugado, de forma oval, con los márgenes aserrados, que emanan una agradable fragancia alimonada al ser estrujadas. Flores blancas o rosadas, dispuestas en verticilos en las axilas de las hojas.
Es originaria de la Europa mediterránea oriental y de Asia Menor, ha sido introducida y naturalizada en la mayor parte de Europa. Crece en matorrales, setos, márgenes de bosques y caminos. Se planta en huertos y jardines. Florece desde el mes de mayo y durante el verano. Se cosechan las sumidades floridas al comienzo de la floración y se dejan secar a la sombra.
Principios activos de la planta: aceite esencial con citral, citroneal y limonero, ácido cafeico y clorogénico, flavonoides, alcoholes como el geraniol y el linalol.
Propiedades: sedante, antiespasmódica, aperitiva, digestiva, carminativa, colerética, antiviral, antiséptica, cicatrizante y balsámica.
La infusión de melisa, de agradable sabor a limón, es uno de los remedios más utilizados por nuestros antepasados para aplacar los nervios. Es un excelente tónico nervioso y digestivo, capaz de templar los ánimos alterados, de reducir la ansiedad, la irritabilidad nerviosa, la jaqueca e incluso los ataques de pánico. Se considera como un recurso adecuado para eliminar las palpitaciones cuando son de origen nervioso, proporciona una sensación de relajación, ayuda a conciliar el sueño y a bajar la tensión arterial cuando es originada por los nervios. Influye también en digestiones difíciles, con pesadez estomacal, náuseas y aparición de espasmos intestinales o diarreas, muchas veces causadas por los nervios. La melisa, por su componente antiviral, es también muy útil para combatir las infecciones, bajar la fiebre y prevenir contra las recaídas. Sirve para tratar diversas enfermedades infecciosas como la varicela, el sarampión y el herpes labial. El zumo fresco alivia picaduras y otras heridas cutáneas y bucales susceptibles a la infección.
El aceite esencial de melisa combina bien con los aceites de lavanda, geranio, los florales y los cítricos.
Precauciones: no administrar aceite esencial de melisa por vía oral durante el embarazo, la lactancia, a niños menores de 6 años ni a pacientes con úlcera gastroduodenal, síndrome de colon irritable, colitis ulcerosa o enfermedades neurológicas.
Descripción
Esta planta es como un imán para las abejas, lo que explica que su nombre provenga del término griego referido a este insecto. También conocida como «toronjil», se dice que las abejas alimentaron con miel a Júpiter niño, a quien su madre Rea había ocultado a su esposo, Cronos. Se afirma que resulta deliciosa la miel que produce el toronjil. Las hojas producen muy poca cantidad de aceite esencial, hecho que la convierte en una de las esencias más caras del mercado, y que a menudo se comercializa adulterada.
El auténtico aceite de melisa, de color amarillo claro, desprende un aroma distinto, similar a la hierba recién cortada, con notas dulces y cítricas, y un toque de tierra. El aceite esencial se produce en Francia y España. No es tóxico, pero puede causar irritación o sensibilización, por lo que las personas con piel sensible o con tendencia a padecer alergias, no deben utilizarla en baños ni masajes.
Parte que se utiliza: hojas.
Extracción por destilación al vapor.
Palabras clave: Calmante - Refrescante - Enriquecedor
Apoyo Espiritual
● Reconforta en momentos de tristeza
● Ahuyenta los sentimientos de inseguridad y vulnerabilidad.
Aliviar la Mente
● Para combatir los cambios de humor y las emociones exaltadas, aplicar un masaje con movimientos largos y relajantes con una mezcla de melisa, manzanilla romana y nerolí en un aceite portador (véase la primera «mezcla recomendada»).
● Para aliviar estados de ansiedad, shock o ataques de pánico, tomar un baño con 2 gotas de melisa + 4 de lavanda.
Curar el Cuerpo
● Para paliar los síntomas de la fatiga crónica y la fatiga postviral, dar un suave masaje donde más nos reconforte, con una mezcla de melisa, pimienta de cubeba y mandarina en un aceite portador (véase la segunda «mezcla recomendada»).
● Para aliviar el dolor de cabeza y las migrañas, masajear la frente, las sienes o las cervicales con 2 gotas de melisa en 5 ml. de aceite portador. Para bajar la hipertensión causada por el estrés, tomar un baño con 2 gotas de melisa + 4 de nerolí.
● En caso de indigestión, masajear el vientre con movimientos circulares en el sentido de las agujas del reloj, con una mezcla de 4 gotas de melisa + 4 de pomelo + 2 de menta piperita en 20 ml. de aceite portador.
Mezclas de Aceites Esenciales
Añadir los siguientes aceites esenciales a 20 ml. de aceite portador:
● Para combatir los cambios de humor: 2 gotas de melisa + 4 de manzanilla romana + 4 de nerolí.
● Para reformar el organismo en caso de fatiga crónica o fatiga postviral: 2 gotas de melisa + 4 de pimienta de cubeba + 4 de mandarina.