Beneficios de los Aceites Esenciales
Los beneficios de la Aromaterapia y los Aceites Esenciales son bien conocidos en términos generales. Es sabido que, entre las numerosas cualidades terapéuticas de los aceites esenciales, destacan la reducción del estrés y el logro del bienestar físico y emocional. Pero, ¿qué hay de sus beneficios en términos concretos?
El Empleo de los Aceites Esenciales en Aromaterapia:
● Reduce el dolor muscular y promueve la relajación
● Descontractura y neutraliza el dolor de cabeza
● Reduce la presión sanguínea
● Mejora la salud de la piel (incluye tratamientos contra el acné)
● Previene la caspa
● Reduce la inflamación
● Cura el dolor de garganta
● Elimina las verrugas
● Reduce las náuseas
● Actúa contra el síndrome de «colon irritable»
● Mejora la función pulmonar
La accesibilidad es uno de los aspectos más fascinantes de la Aromaterapia. Hoy mismo, ahora mismo, podemos salir a la calle y comprar unos cuantos aceites esenciales para emprender nuestro «viaje aromático». Incluso algo tan sencillo como dejar caer dos gotas de lavanda sobre nuestra almohada para que nos ayude a conciliar el sueño, pertenece al ámbito de la Aromaterapia; el suave aroma ayuda a liberar tensiones y aumentar la relajación, lo que se traduce en un sueño más reparador.
Aliviar el Estrés y el Agotamiento...
El beneficio más importante de la Aromaterapia, es su capacidad para liberar el estrés. Por desgracia, para muchos de nosotros éste se ha convertido en una consecuencia más de la vida moderna, una combinación de presiones laborales y familiares, así como de circunstancias de tipo económico y medioambiental que nos conducen a vivir en un estado permanente de agotamiento. Sin embargo, la Aromaterapia, a través de los aceites esenciales, puede ayudar a relajarnos. En ocasiones un olor consigue tranquilizarnos de forma instintiva e inexplicable; en otras, el aroma de un aceite concreto, nos trae recuerdos de la niñez o de instantes de nuestra vida en los que nos encontrábamos más relajados. Al emplear dicho aceite en Aromaterapia, su olor hace que experimentemos de nuevo ese estado de relajación por largo tiempo retenido en la memoria.
Somos muchos los que recurrimos a la Aromaterapia para recuperar nuestra energía. No obstante, aunque muchos aceites sí ejercen un efecto tonificante en determinadas partes del cuerpo, como el romero en los músculos o la mandarina en la mente, los beneficios más poderosos de los aceites esenciales no inciden tanto en la estimulación, como, sobre todo, en la «restauración», es decir, en devolver el equilibrio al cuerpo, la mente y el espíritu. Es más, cuando nos sentimos fatigados, el cuerpo sobre estimulado no necesita ninguna dosis adicional de energía, sino de armonía.
Los aceites esenciales aportan una sensación de profunda calma, por lo que, gracias a la Aromaterapia, alcanzamos un estado de reposo, que permite al cuerpo recuperarse del estrés y, como consecuencia de ello, sentirse con más energía. A largo plazo, esto aporta beneficios incalculables para el bienestar de nuestro organismo en su conjunto.
La Aromaterapia aporta un sinfín de beneficios. Si bien algunos son físicos, como curar un resfriado o aliviar un dolor muscular, otros son reacciones más sutiles e instintivas a los aromas, como la liberación de cierta tensión emocional, o simplemente pasar una buena noche. La Aromaterapia nos permite descubrir cosas sobre nuestros sentidos, en particular sobre los sentidos del olfato y el tacto, así como los sutiles cambios que éstos pueden provocar en la mente y el estado de ánimo. Incluso las personas que no pueden comunicarse en forma verbal, sienten sus efectos.
Una fragancia puede influir enormemente a todos los niveles, desde el etérico hasta el físico, y enseñar a nuestro sistema a funcionar en un nivel más consciente y elevado. Un aroma puede ser el «hilo conductor» en la conexión con una frecuencia más positiva, que nos ayude a establecer nuevas metas en sintonía con ese proceso superior.
Para disfrutar al máximo de los beneficios de los aceites esenciales, debemos encontrar el método de aplicación que mejor se adapte a nuestras necesidades particulares, en función del tratamiento y las preferencias personales.
El significado que damos a algo conforma nuestra actitud hacia ello. Por esta razón, experiencias similares no implican necesariamente el uso de los mismos aceites esenciales en personas diferentes. Las enfermedades físicas y el estrés tienen una base emocional. Cada ser humano posee su forma particular y única de experimentar el mundo y procesarlo interiormente. Por tanto, las respuestas emocionales serán también diferentes. Por lo general, las dolencias físicas siempre tienen un componente asociado de tensión emocional sin resolver.
Existen muchas formas prácticas de aliviar el estrés, ofrecer respaldo al bienestar emocional y mantener limpias y vibrantes nuestras energías. Todo comienza con una idea germinal. Palabras, imágenes y fragancias, tienen la capacidad potencial de transformar profundamente nuestra percepción. Muchos aceites esenciales muestran capacidad para reducir el estrés y tratar dolencias físicas, pero no podemos limitar sus capacidades a este reducido espacio. Los aceites esenciales intervienen en un nivel más profundo que conecta con lo espiritual. El poder evocador de los aromas puede:
● Transmitir un mensaje que nos ayude a resolver una situación presente en nuestras vidas
● Posibilitar un conocimiento más profundo de las experiencias vitales
● Nutrirnos de sus cualidades emocionales
● Ayudarnos a liberar patrones negativos asociados con síntomas físicos
● Explorar nuevas opciones y ampliar el pensamiento
● Aumentar la capacidad para escuchar con paciencia y compasión a todos esos aspectos que configuran el «yo»
● Aportar serenidad al alma
● Abrir el corazón a la plenitud del Amor
● Propiciar una atmósfera relajada que nos invite a una reflexión serena y desapegada