Aromaterapia y Aceites Esenciales para la Salud, la Belleza y el Bienestar
  • Aromaterapia: Criterios de Clasificación de los Aceites Esenciales
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Criterios de Clasificación de los Aceites Esenciales

Existen tantos criterios de clasificación como intereses y aplicaciones de los aceites esenciales hay:

Según su consistencia, los aceites esenciales se clasifican en esencias fluidas, bálsamos y oleorresinas. Las esencias fluidas son líquidos volátiles a temperatura ambiente. Los bálsamos son de consistencia más espesa, son poco volátiles y propensos a sufrir reacciones de polimerización, son ejemplos el bálsamo de copaiba, el bálsamo del Perú, benjuí, bálsamo de Tolú, estoraque, etc. Las oleorresinas tienen el aroma de las plantas en forma concentrada y son típicamente líquidos muy viscosos o sustancias semisólidas (caucho, gutapercha, chicle, balata, oleorresina de paprika, de pimienta negra, de clavero, etc.).

De acuerdo a su origen, los aceites esenciales se clasifican en naturales, artificiales y sintéticos. Los naturales se obtienen directamente de la planta y no sufren modificaciones físicas ni químicas posteriores, debido a su rendimiento tan bajo son muy costosos. Los artificiales se obtienen a través de procesos de enriquecimiento de la misma esencia con uno o varios de sus componentes, por ejemplo, la mezcla de esencia de rosa, geranio y jazmín, enriquecidas con linalol, o la esencia de anís enriquecida con anetol. Los aceites esenciales sintéticos, como su nombre indica, son los elaborados por la combinación de sus componentes, los cuales en la mayoría de ocasiones se fabrican mediante procesos de síntesis química. Estos son más económicos y por lo tanto son mucho más utilizados como aromatizantes y saborizantes (esencias de vainilla, limón, fresa, etc.).

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Desde el punto de vista químico, y a pesar de su composición compleja con diferentes tipos de sustancias, los aceites esenciales se pueden clasificar de acuerdo con el tipo se sustancias que son los componentes mayoritarios. Según esto, los aceites esenciales ricos en monoterpenos se denominan aceites esenciales monoterpenoides (p.ej. hierbabuena, albahaca, salvia, etc.). Los ricos en sesquiterpenos, son los aceites esenciales sesquiterpenoides (p.ej. copaiba, pino, junípero, etc.). Los ricos en fenilpropanos, son los aceites esenciales fenilpropanoides (p.ej. clavo, canela, anís, etc.).

Otro criterio haría referencia a las propiedades de los aceites y cuya clasificación sería la siguiente:

●  Florales: Las esencias florales son muy recomendadas para combatir el estrés, ya que son excelentes regeneradores celulares, combaten también la fatiga mental y emocional. En caso de embarazo no es recomendable su uso, ya que ayudan a la aparición del ciclo menstrual. Pueden ser empleadas en problemas del órgano reproductor. Gracias a que estas esencias ayudan a regenerar las células, son muy utilizadas en tratamientos de belleza y en tejidos que hayan sido afectados por quemaduras o heridas. Ejemplos de este tipo de esencias serían la manzanilla, ilang ilang, lavanda y geranio.

●  Cítricos: Estos son muy reconocidos por sus propiedades antisépticas y frecuentemente se usan para tratar infecciones de cualquier tipo. Son excelentes desintoxicantes para el organismo; limpian y regulan el apetito, colaboradores en la pérdida de peso. Son usados frecuentemente en los centros de estética para combatir la celulitis, eczemas, acné y psoriasis. Entre estos frutos podemos mencionar la naranja, limón, bergamota, lima, mandarina…

●  Resinas: Excelentes rejuvenecedores de la piel gracias a sus propiedades, por lo que se recomienda su uso en el tratamiento de estrías y/o pieles muy envejecidas. Se emplean también como limpiadores de ambientes. Las esencias de resinas al mezclarse con las esencias cítricas, son útiles para sanar inflamaciones de la piel. Entre estas tenemos: la mirra y el incienso.

●  Tallos: Estas esencias ayudan a suavizar y tonificar la piel. Entre sus características encontramos que las esencias que resultan de los tallos son estupendos repelentes de insectos; pero si estas esencias las mezclamos con clavos de olor, tomillo y/o cedro, contribuyen notablemente a la relajación. Entre estas esencias podemos mencionar el romero, menta, eneldo, canela, lavanda, artemisa…

●  Hojas: Entre sus propiedades podemos resaltar que son muy buenos aliados a la hora de levantar el ánimo y balancear emociones cuando éstas proceden de experiencias traumáticas o conflictos. De estas esencias se obtienen remedios para tratar problemas mentales. No se recomienda su uso en períodos de embarazo. Entre ellas destacamos el pachuli, menta, romero, albahaca, orégano, hinojo, salvia clara, agujas de pino, mejorana y romero.

Existe todavía otra clasificación para los aceites esenciales, en relación con su «nota aromática». Son las propiedades que se tienen en cuenta en la elaboración de perfumes. Esta clasificación sería:

●  Notas superiores: Aceites muy volátiles: el resultado olerá intensamente, pero durante un breve tiempo puesto que los componentes de los aceites se evaporan rápido. Si nos aplicamos el perfume sobre la piel, su aroma apenas durará (albahaca, hinojo, angélica, lavanda, naranja, cardamomo, menta, limón, lima, bergamota, etc.).

●  Notas medias: Menos volátiles y más duraderas (vainilla, romero, ámaro, canela, ilang ilang, geranio, rosa, jazmín, mirra, ciprés, etc.).

●  Notas base: Los perfumes siempre se elaboran combinando aceites esenciales muy volátiles con otros menos volátiles y por tanto, más duraderos por su lenta evaporación. De esta forma se obtiene un perfume cuyos componentes se evaporan de forma progresiva y conseguimos mayor duración del aroma, como es el caso de sándalo, musgo, roble, pachouli, vetiver, madera de cedro, musgo, elemí, etc.

Veamos ahora la clasificación en base a criterios curativos específicos. Entorno a esta base se desarrolla la sección «Los aceites» de este sitio:

●  Grupo A: Dolencias musculares: abeto blanco, ciprés, espliego, hierba limón o lemongrass, jengibre, jengibre amargo, lavandín, pino silvestre, romero, salvia española y vetiver.

●  Grupo B: Cuidado y belleza de la piel: árbol del té, bergamota, elemí, geranio, geranio Bourbon, hoja de naranjo amargo (petitgrain), incienso olíbano, lavanda, manzanilla alemana, manzanilla marroquí, manzanilla romana, milenrama, pachulí.

●  Grupo C: Respirar mejor: benjuí, cayeputi, eucalipto, eucalipto citriodora, hoja de laurel, madera de cedro del Himalaya, mirra, mirto, niaulí, pícea mariana y tomillo.

●  Grupo D: Estimulantes cálidos: canela (hojas), clavo, malagueta, pimienta de cubeba y pimienta negra.

●  Grupo E: Potenciadores del sistema inmunológico: árbol del té limón, kanuka, limón, madera de lináloe, manuka, neguilla, ravensara, siempreviva o inmortal y tomillo blanco (mejorana española).

●  Grupo F: Equilibradores hormonales: enebro, hinojo, mejorana dulce (francesa), palmarrosa, salvia romana, sándalo australiano y sauzgatillo.

●  Grupo G: Tranquilizantes: albahaca, albahaca hindú, citronela, damiana, verbena exótica, nuez moscada y valeriana.

●  Grupo H: Digestivos: alheña, cardamomo, cilantro o coriandro, clementina, cúrcuma, menta cítrica, menta piperita, menta verde o hierbabuena, naranja dulce, pomelo, raíz de angélica y zanahoria.

●  Grupo I: Aromas vigorizantes: absoluto de hoja de violeta, absoluto de jazmín, absoluto de rosa, absoluto de tilo, absoluto de vainilla, ilang-ilang, jara del ládano, lima, mandarina, melisa, nardo índico o espinacardo, nerolí o azahar y rosa Otto o rosa de Damasco.

Es fundamental aprender a escoger los aceites adecuadamente, para ello el olfato será nuestro mejor aliado. De entre un grupo específico de aceites, escogido por sus propiedades curativas específicas, el olfato y el cerebro nos indicarán de forma inmediata cuáles son los que mejor se adaptan a nosotros. Cabe recordar que los beneficios terapéuticos de los aceites esenciales, no sólo tienen que ver con sus propiedades curativas físicas, sino también con el grado de satisfacción que a cada quién aporta un aroma.

Si al oler una determinada esencia, la mente se relaja y los labios esbozan una sonrisa, entonces éste es nuestro aceite.

Aún a riesgo de que la idea de «confiar en el olfato» pueda parecer simplista, lo cierto es que es un sentido muy poderoso que instintivamente nos conducirá hacia la elección adecuada, aquélla con la que obtendremos el máximo beneficio terapéutico.

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