Los Remedios o Esencias Florales de Bach
Entre 1928 y su muerte, acaecida en noviembre de 1936, el médico inglés Edward Bach realizó un trabajo sin precedentes. Creó un sistema terapéutico revolucionario en sus planteamientos y sorprendente en su accesibilidad y resultados.
Estos hallazgos no supusieron en su época, ni tampoco ahora, como él hubiera deseado, un giro de 180 grados en el enfoque de la medicina, pero, sin embargo, constituyeron un hito, un testimonio pequeño en difusión pero enorme en mensaje y prospección de futuro, algo así como una luz, un destello en la oscuridad.
Edward Bach es reconocido como el «padre» de la terapia de las esencias florales. Fue él quien descubrió que los pacientes con una naturaleza emocional muy negativa, no respondían bien a los tratamientos tradicionales en comparación a cómo lo hacían los que presentaban un estado mental más equilibrado.
Para facilitar la curación de estos pacientes, elaboró una serie de remedios florales basados en la esencia de las flores y el espíritu de las plantas, lo cual contribuyó a transformar los sentimientos negativos en positivos. «Busca el pincipal conflicto mental de una persona. Dale el remedio que venza el conflicto, así como toda la esperanza y el ánimo que puedas. La virtud que haya en su interior hará el resto. Trata la causa y no el efecto.» (Edward Bach)
En el mundo actual, terapeutas y legos emplean por igual las esencias florales y otros remedios para facilitar cambios y lograr la curación y la transformación espiritual. El poder curativo de las esencias florales, ayuda a despertar la conciencia, transformando la frecuencia vibratoria de las energías sutiles.
«Una esencia floral es un líquido muy diluido que contiene la esencia y las vibraciones de una flor. Se emplea para aportar claridad a la mente consciente y elimina creencias negativas. Las esencias florales también influyen directamente sobre nosotros en el ámbito subconsciente, que es donde tomamos las decisiones sobre las emociones, la salud, la energía, las capacidades, las relaciones y los caminos en la vida. Como resultado, se producen cambios físicos reales y la curación emocional.» (Ian White)
De igual manera, los aceites esenciales tienen capacidad para crear una perspectiva positiva. Permiten introducir variaciones emocionales y cognitivas en la percepción de las situaciones que se viven. En un punto de tranquila reflexión y objetividad, nos será posible aclarar la mente y llegar a un mayor entendimiento. Si somos capaces de concebir todas las experiencias como una forma de aprendizaje, la vida se desplegará ante nosotros ofreciéndonos muchas más posibilidades. Asímismo, lograremos experiencias muy distintas y un continuo aprendizaje y desarrollo.
«El milagro es en gran medida como el cuerpo,
en el sentido de que ambos son recursos de aprendizaje
para facilitar un estado en el que
finalmente se hacen innecesarios.
Cuando se alcanza el estado original
de comunicación directa con el espíritu,
ni el cuerpo ni el milagro tienen objeto alguno»
(Un Curso de Milagros)
Posiblemente, la mayor aportación del Dr. Bach a la humanidad, no viene dada tanto por las descripciones florales que hizo, como por haber encontrado las flores precisas para ayudar a todos los seres vivientes, hecho, sin duda, mucho más difícil y sofisticado que el de la escritura.
Las Flores de Bach incluyen en sus descripciones, y por tanto contemplan en su tratamiento, tanto estados pasajeros y circunstanciales, como por ejemplo el agotamiento, como tipos de personalidad. El miedo, es uno de los pilares de la terapia floral.
Bach detalla 12 tipos básicos de personalidad: Impatiens, Mimulus, Clematis, Agrimony, Chicory, Vervain, Cerato, Centaury, Scleranthus, Water Violet, Gentian y Rock Rose.
Corresponden a las primeras esencias («los doce curadores») y contemplan una estructura de personalidad, lo que en psicología contemporánea se denomina «estilo de personalidad», con su correspondiente posibilidad de complicación en el caso de trastorno de la personalidad. Según la psicología contemporánea, entre estilo y trastorno existe tan solo una delgada línea que separa la normalidad de la anormalidad. Esto significa que lo primero y lo segundo existen en una continuidad.
El principal interés de estos doce tipos, es que están conectados, además de con una clase de persona (un temperamento), con una lección a aprender, que marcará el culmen evolutivo del aprendizaje trascendente en esta encarnación.
De hecho, el sistema floral de Bach, se asienta sobre una atractiva filosofía de base que entiende la vida como «un día de colegio en el devenir de un curso escolar».
Para Bach venimos a este mundo a aprender una lección, o dos, en este día de escuela. Para ello nos revestimos al nacer de una personalidad tipo, la cual contiene implícitamente el defecto a superar y la virtud a desarrollar, todo ello bajo la tutela e influjo del alma.
Cuando la personalidad se desvía del camino trazado por el alma, surge el conflicto, entendido éste como una desarmonía, que puede cristalizar en lo que conocemos como «enfermedad». Esta última, según esta visión, no es un castigo ni una circunstancia producto del azar, sino la señal de algo que debe y puede ser reconducido o rectificado. Ésta es la base de la patogenia (génesis de la enfermedad) para la visión de Bach.
La mente, una de nuestras funciones más sutiles, y, naturalmente, las emociones, son los primeros indicadores de que existe una desarmonía que debe ser reconducida. El tratar esta disfunción en cuanto resulta detectable, constituye en realidad una medicina preventiva muy efectiva y seguramente la base de una buena salud. También es cierto que Bach señala otras causas de enfermedad que no siguen el circuito anterior, como por ejemplo, las agresiones externas y los grandes excesos.
DEFECTO A SUPERAR |
FLOR TIPO |
VIRTUD A DESARROLLAR |
Inquietud |
Agrimony |
Paz |
Debilidad |
Centaury |
Fuerza |
Restricción |
Chicory |
Amor |
Ignorancia |
Cerato |
Sabiduría |
Indiferencia |
Clematis |
Afabilidad |
Duda |
Gentian |
Comprensión |
Impaciencia |
Impatiens |
Indulgencia o perdón |
Temor |
Mimulus |
Compasión |
Terror |
Rock Rose |
Valor |
Indecisión |
Scleranthus |
Firmeza |
Exceso de entusiasmo |
Vervain |
Tolerancia |
Aflicción o pesar |
Water Violet |
Alegría |
Otra forma de ver estas lecciones-virtudes, es a través de la inteligencia emocional, concepto que podría definirse según Daniel Goleman (autor del libro «Inteligencia emocional»), como: «La capacidad de sentir, entender, controlar y modificar los estados anímicos propios y ajenos». No se trata de lo que entendemos normalmente como «inteligencia», ya que este término se usa sólo para esa inteligencia medible por medio del cociente o coeficiente intelectual, es decir, cognitiva o mental.
La inteligencia emocional se relaciona con percibir la atmósfera emocional de las situaciones, la habilidad para entender y asimilar el lenguaje no verbal. Una capacidad de autoconocimiento y una serie de destrezas en el plano interpersonal que la inteligencia cognitiva no provee.
Las personas con mayor índice de inteligencia emocional son más empáticas ya que, al tener más nivel de autoconciencia, pueden situarse mejor en el lugar del otro y comprender qué sentirían si les ocurriese tal o cual cosa. Pero además, la gente empática, es más generosa y ética; y lo que es más importante: suele ser más feliz. La relación entre la felicidad y la salud parece bien evidente según muchas investigaciones.
Sin duda, las Flores de Bach son en realidad catalizadores de este tipo de inteligencia, algo así como «inteligencia emocional líquida».
Personalmente he llegado a la siguiente conclusión –dice el Dr. Ricardo Orozco-: «Crecimiento personal es igual a inteligencia emocional que, a su vez, es igual a evolución espiritual.»
Descripción de los Remedios Florales
Necesidad de aceptarse, de retirar la falsa máscara jovial de evasión.
Necesidad de sentir seguridad, vencer las angustias.
Necesidad de vivir con indulgencia y tolerancia.
Necesidad de aprender a poner límites.
Necesidad de confiar en la propia intuición.
Aprender a mantener la sangre fría en cualquier circunstancia.
Necesidad de aprender de las experiencias repetitivas.
Necesidad de vencer el egoísmo.
Necesidad de poner los pies en la tierra en lugar de estar en la luna.
Necesidad de purificar y aceptar la mala imagen que se tiene de uno mismo.
Necesidad de sentirse a la altura de las circunstancias.
Para la perseverancia y el coraje.
Aprender a salir de la desesperación y el pesimismo.
Para desarrollar el altruismo.
Aprender a perdonar, salir de la sospecha y la venganza.
Aprender a deshacerse de la nostalgia por el pasado.
Aprender a poner fin a la postergación.
Necesidad de desarrollar la paciencia.
Dejar de compararse con los demás y menospreciarse.
Para vencer la timidez y el miedo, sentirse confiado/a.
Aprender a superar la tristeza.
Para encontrar la fuerza y dejar de luchar.
Para aprender a manejar los recursos mentales y emocionales.
Para dejar de culpabilizarse y juzgarse.
Aprender a confiar en las habilidades de los demás.
Para vencer el terror, el pánico, los miedos.
Aprender a ser más flexible con uno mismo.
Aprender a sentirnos cómodos con nuestras elecciones, calmar los pensamientos que nos asaltan.
Aprender a disolver la pena, el dolor, las heridas emocionales.
Para los periodos de desesperación y desánimo.
Necesidad de aprender a ver las cosas en un contexto más amplio, ser más moderados.
Aprender a inspirar y respetar a los demás sin dominar.
Armonizar un proceso de cambio, protección.
Aprender a salir de la soledad y abrirse a la comunicación.
Para quienes necesitan calmar el flujo de ideas.
Para quienes necesitan encontrar su vocación y su ambición.
Para quienes necesitan más dinamismo y entusiasmo.
Para aprender a asumir la responsabilidad sin autocompasión.
Es un conjunto de 5 flores. Su propósito es atender situaciones de emergencia (estrés, crisis de pánico, shock, miedo...).
Rock Rose, permite hacer frente a los sentimientos de angustia y pánico cuando los nervios se quiebran.
Impatiens, se aplica a los estados de tensión e irritabilidad que conducen a reacciones excesivas.
Cherry Plum, lucha contra la pérdida de autocontrol.
Star of Bethlehem, se usa para mostrar las secuelas de un shock físico o emocional.
Clematis, ayuda a no huir del presente a través de los sueños o de un estado de aturdimiento.