PsicoAromaterapia para la Integración Propia
En el viaje desde la desintegración aparente del Yo hacia la fusión con el Yo Superior, los aceites esenciales pueden ser grandes compañeros de a bordo.
Si bien pueden darse algunas orientaciones generales, no siempre y para todas las personas, los mismos aceites esenciales tienen las mismas propiedades, especialmente en el ámbito de la PsicoAromaterapia.
Desde mi punto de vista, lo más importante de todo, por parte del aromaterapeuta o del terapeuta que trabaje los aceites esenciales con una perspectiva amplia, es encontrar aquellos a.e. con los que mejor resuena nuestro cliente.
Yo lo llamo “afinidad aromática”, y creo que es el mejor indicador –ya que parte de la misma persona que lo necesita- de qué tipo de información necesita su organismo en ese preciso momento de su vida.
En este caso, el aromaterapeuta es simplemente un facilitador que ayuda a escoger, elegir, encontrar entre las decenas de posibilidades de un mundo generalmente esotérico para el no iniciado, aquel o aquellos aromas que le hacen vibrar desde el fondo del Ser.
Si el terapeuta es empático e intuitivo, le resultará mucho más fácil este trabajo que si lo hace desde el raciocinio.
Puede ayudar tener agrupados los aceites esenciales por familias aromáticas, pero eso no garantiza el éxito, porque muchas personas nunca han olido algunos a.e. y, por lo tanto, no tienen “etiqueta” en el cerebro para ellos, es mucho mejor la experiencia directa para saber si les gustarán o no.
También puede ayudar tener un kit de aceites esenciales en pequeñas botellas diluidos al 50% (por ejemplo en aceite de jojoba) para que el impacto aromático de algunos de ellos no sea tan fuerte como la olfacción directa del aceite esencial puro.
Una vez determinado el aceite esencial (o aceites si son varios) que esa persona necesita en ese momento por afinidad aromática, puede trabajarse de diferentes formas, aunque las mejores son aquella que implican una “inmersión aromática” por parte del usuario/a.
Este sería el sentido, según mi aproximación a este tema, de las unciones con aceites sagrados practicadas en la antigüedad, una manera de “inmersión aromática” que produce cambios importantes en la psique a través de una poderosa experiencia de conexión con energías arquetípicas profundas.
El uso de pequeñas cantidades de aceites esenciales es suficiente sólo para aquellas personas que son muy sensibles y que tienen más abiertos sus canales de percepción extrasensorial que la media de la población.
Para personas normales, mejor dicho, de percepción “media”, es necesario el uso de una gran cantidad de producto aromático si quiere llegarse a un impacto emocional y psicológico significativo. Por ello, es conveniente usar los aceites esenciales diluidos en aceite vegetal para evitar posibles irritaciones de la piel. Los antiguos lo hacían en aceite de oliva virgen, pero puede servirnos cualquier aceite de calidad.
Si se consigue encontrar el aceite esencial adecuado, que hace resonar a la persona desde lo más profundo, que la conmueve y sacude desde la entrañas, se produce un hermoso y emocionante proceso de re-encuentro y re-conocimiento de uno mismo.
Acaba de encontrarse lo que yo llamo “tu aceite esencial arquetípico”, la vibración del mundo vegetal que sintoniza con tu frecuencia personal como ninguna otra.
Es la vuelta a casa, el regreso del hijo pródigo, el final de un viaje y el comienzo de otro, desde un lugar más maduro, sereno y flexible… Bienvenida y bienvenido a ti mismo/a…
Fuente: Extraído del libro “Aromaterapia Sagrada”, de Enrique Sanz Bascuñana.