Cómo Utilizar los Aceites Esenciales
Las propiedades de los aceites esenciales han sido valoradas desde hace milenios por numerosas civilizaciones. Puros, diluidos, en vaporizador, con difusor e, incluso, por vía oral, hoy se consideran auténticos elixires de salud de los que siempre nos podemos beneficiar.
En las flores, hojas, tallos, raíces y otras partes de las plantas encontramos sus aceites esenciales, producidos para protegerse de enfermedades y ahuyentar insectos dañinos, entre otras funciones. Nosotros también podemos aprovecharnos de sus propiedades curativas. Hoy, disciplinas como la Aromaterapia los utilizan por su valor terapéutico para favorecer el equilibrio de la salud tanto física como emocional. “La efectividad de los aceites esenciales en muchas áreas de la terapéutica está apoyada por la evidencia científica”, nos aclara Enrique Sanz Bascuñana, aromatólogo y fundador del Instituto de Aromaterapia Integrada E.S.B.
Vía Tópica: Diluidos y Puros
Conviene saber que algunos aceites esenciales no se pueden aplicar puros directamente sobre la piel. En estos casos, se usan mezclados con aceites vegetales (de almendras dulces, de jojoba, de germen de trigo…) que actúan como portadores. Con ellos podemos realizar fantásticos masajes relajantes, tratar problemas de piel y cabellos, articulaciones… Por su parte, dos clásicos ejemplos de aceites esenciales que podemos utilizar puros directamente sobre la piel son el Árbol del té (con grandes propiedades antimicrobianas) y el de lavanda (muy eficaz para las quemaduras).
Dosis orientativa: de 4 a 6 gotas mezcladas con 2 cucharadas de aceite vegetal. Si son puros, máximo 4 gotas.
Cuidado con: exponerse al son después de utilizar aceites cítricos. Hay que esperar 24 horas.
En Difusores
Los difusores eléctricos son aparatos especialmente diseñados para la dispersión de aceites esenciales de un modo óptimo y seguro. Añadiendo unas pocas gotas de aceite al difusor, éste consigue esparcirlo de modo homogéneo, conservando todas y cada una de sus propiedades, puesto que no se calientan en exceso, y creando un ambiente aromaterapéutico ideal.
Dosis orientativa: según fabricante.
Cuidado con: aceite ricos en fenoles (orégano, tomillo o ajedrea) y menta piperita. Pueden ser irritantes con este método.
En un Baño Placentero
Hay muchas maneras de disfrutar de los maravillosos efectos de los aceites esenciales, pero hay que reconocer que un buen baño se lleva el primer premio. En un baño, los aceites actúan tanto por vía tópica como por vía respiratoria, ya que se dispersan en el aire. Eso sí, no podemos añadir el aceite de nuestra elección directamente en el agua. Hay que mezclarlo primero con leche en polvo entera o con miel. La temperatura del agua no debe sobrepasar los 37° C.
Dosis orientativa: de 5 a 10 gotas diluidas en leche.
Cuidado con: el aceite esencial de menta. No se recomienda en un baño caliente debido a su efecto frío.
Por Inhalación
La inhalación de aceites esenciales se puede realizar de dos formas que resultan sensacionales para descongestionar las vías respiratorias altas, así como para relajarse y reducir el estrés. La primera es aplicar con un vaporizador un aceite esencial diluido en un pañuelo de tela (inhalación seca) y luego inhalar el mismo; la segunda es añadir unas gotas del aceite a un cuenco de agua caliente (inhalación húmeda) e inhalar.
Dosis orientativa: diluir 3-6 gotas en 1 litro de agua hirviendo. En el caso del vaporizador, añadir 10-15 gotas a 30 ml de agua.
Cuidado con: utilizar cuencos de terracota, ya que reducen la actividad del aceite esencial. No deben inhalarse durante más de 10 minutos.
Vía Oral (con prescripción profesional)
Los aceites esenciales ingeridos pueden aportarnos beneficios y ayudarnos en tratamientos de tipo infeccioso (respiratorios, de las vías urinarias, vaginales, etc.) o trastornos digestivos. Enrique Sanz nos dice que en este caso es importante consultar siempre con un especialista a fin de que nos indique la posología adecuada para cada situación y si hay que tener alguna precaución especial.
CONSEJOS DE SEGURIDAD
Antes de usar un aceite esencial, especialmente si te lo vas a aplicar sobre la piel, es importante tener en cuenta estas pequeñas indicaciones:
▪ Realiza siempre un test de alergia antes de utilizarlos. Aplica un par de gotas de aceite en la parte inferior del codo y espera 24 horas por si hay alguna reacción.
▪ Evita su contacto con ojos y mucosas.
▪ Consérvalos en lugar fresco y seco, lejos del alcance de los más pequeños.
▪ Lo primero que hemos de hacer si queremos utilizar aceites esenciales, es asegurarnos de que elegimos un producto de alta calidad, 100% puro y natural.
QUIÉN LOS DEBE EVITAR
Los niños, las mujeres embarazadas o en época de lactancia deben evitar el uso de los aceites esenciales. Si se está siguiendo algún tratamiento, lo mejor es consultar con un especialista antes de usarlos.
LOS MÁS VENDIDOS
Son algunos de los aceites cuyas propiedades les convierten en auténticos triunfadores:
▪ Aceite esencial de Árbol del té: muy efectivo en el tratamiento contra hongos y bacterias (acné, pie de atleta, micosis, etc.).
▪ Anís verde: gran acción carminativa y digestiva. También es útil como antiséptico y expectorante.
▪ Ciprés: desodorante natural, resulta efectivo para pieles acneicas y grasas. Ayuda a reducir la retención de líquidos y la sensación de piernas pesadas.
▪ Espliego: para tratar picaduras, eccemas, dolores musculares y pie de atleta.
▪ Eucalipto: ayuda a abrir las vías respiratorias (catarros, asma…) y a reducir la mucosidad.
▪ Limón: sube las defensas.
▪ Pino: para mejorar la tos. Antiséptico de las vías respiratorias y también urinarias.
▪ Romero: tónico y antiséptico. Estupendo para conseguir un pelo brillante.
▪ Salvia: tiene propiedades antiacneicas, controla la sudoración excesiva y es desodorante.