Cistitis: Tratamientos Efectivos y Naturales
Las mujeres son muy propensas a las infecciones urinarias cuyos síntomas son muy molestos. Te explicamos cómo tratarlas con aceites esenciales, de probada función antibacteriana.
Las infecciones urinarias y las inflamaciones de vejiga son disfunciones que afectan principalmente a las mujeres: entre un 10% y un 20% las sufren, al menos, una vez al año.
¿Por qué ocurren? La vejiga femenina está muy vinculada a sus órganos vecinos: intestinos, útero y ovarios. Las bacterias se introducen en la uretra por contaminación fecal o por secreciones vaginales que llegan al sistema urinario a través del torrente sanguíneo. La bacteria Escherichia coli es la que provoca en la mayoría de los casos los cuadros de cistitis. El estreñimiento y la toma de ciertos antibióticos son otros de los factores que favorecen el desarrollo de infecciones urinarias.
Uno de sus síntomas principales son las micciones frecuentes, los ardores urinarios, el falso deseo de orinar y, cuando la infección alcanza la parte superior, dolores en la zona lumbar, fiebre, náuseas, vómitos y hematuria.
Tratamiento
Los aceites esenciales, de gran poder antibacteriano, son una vía muy efectiva y natural para combatir este tipo de infección. Los de Romero (quimiotipo cineol), de Tomillo (quimiotipo tujanol), de Salvia sclarea, de Mejorana, de Árbol del té, del Palmarosa, y los de Orégano o Canela, son los más apropiados para esta afección.
Es importante que tomes prebióticos durante el tratamiento. Los prebióticos son ingredientes nutritivos no digestibles que afectan benéficamente estimulando el crecimiento de una o más bacterias beneficiosas para la salud del colon. Pueden obtenerse de forma natural en semillas y raíces de algunos vegetales como la cebolla, el ajo, la alcachofa, espárragos, cebada, centeno, garbanzo…
También es importante que suplementes tu dieta con diuréticos naturales, como las infusiones de gayuba o los concentrados de arándanos, para facilitar la micción.
Puedes recurrir a los lavados con aceites esenciales de Árbol del té, Manzanilla romana o con esencia de Bergamota, en diluciones bajas (entre 0,5 y 1% de aceite esencial) y en agua caliente. Notarás cómo te calma.
Finalmente, puedes intercalar la toma de cápsulas de Orégano compacto o alguna sinergia que aúne Orégano compacto con otros aceites esenciales como la Canela de Ceilán, antibacteriano de amplio espectro, y algún otro aceite esencial que sea antiespasmódico y calmante. Puedes tomar dos cápsulas tres veces al día, durante cinco días, preferentemente en medio de las comidas, para evitar el regusto del orégano.
Abstenerse durante el embarazo, la lactancia y en niños menores de seis años. Las cápsulas de orégano no deben tomarse en dosis elevadas durante más de tres semanas seguidas, para no sobrecargar el hígado.
Para lograr un tratamiento todavía más rápido, si cabe, puedes alternar esta posología con la ingesta de una gota de aceite esencial de Ajedrea y una gota de Romero (qt. cineol) mezcladas en un comprimido neutro, una cucharada de miel o una miga de pan, tres veces al día. Es recomendable tomar las cápsulas de orégano durante una semana y a la siguiente se alterna con esta última opción.
Un Masaje Reparador
Con esta formulación obtendrás un preparado con el que podrás realizarte un masaje coadyuvante al tratamiento. Para ello, aplica de 4 a 5 gotas, tres o cuatro veces al día durante cinco días:
● 30 ml de aceite vegetal de almendras dulces
● 4 gotas de aceite esencial de Palmarosa
● 4 gotas de aceite esencial de Manzanilla romana
● 4 gotas de aceite esencial de Lavanda oficinal
● 3 gotas de aceite esencial de Tomillo (qt. tujanol)