Aceites Vegetales y Belleza

Desde la más remota antigüedad, los aceites vegetales están íntimamente ligados a los cuidados de belleza. Las más importantes civilizaciones antiguas (Egipto, Imperio Romano, Grecia, Mesopotamia) han otorgado un lugar preponderante a los aceites vegetales, considerados entonces como productos notables, símbolos de lujo y de poder.

Aplicados con cuidado sobre la piel, los aceites vegetales son sustancias de fácil tolerancia que procuran a la epidermis todos los elementos necesarios a su estructura, su hidratación y su vitalidad. Los ácidos grasos esenciales (Omega-3 y Omega-6) participan en la estructura de las membranas celulares de la piel y la tonifican, le confieren elasticidad y la regeneran. Los aceites vegetales son ricos en vitaminas liposolubles (vitaminas A, D, E y K), que protegen la piel contra los riesgos de degeneración y oxidación que comportan su envejecimiento prematuro. Estas vitaminas favorecen igualmente la absorción y el metabolismo de los ácidos grasos esenciales con los cuales actúan en sinergia.

Por otro lado, es importante saber que nuestra piel tiene necesidad de ser nutrida igualmente desde el interior, por vía de la circulación sanguínea. En este sentido, la ingesta de aceites vegetales (como acompañamiento en ensaladas, por ejemplo), proporcionará al organismo todo aquello que precisa para asegurar la vitalidad y la hidratación de la epidermis.

Los aceites vegetales son también excelentes agentes tónicos y nutrientes del cabello y del cuero cabelludo. Muchos de los secretos de belleza de los cabellos de las mujeres tahitianas, africanas o chinas, se encuentran en la utilización abundante de aceites vegetales, que lubrifican, nutren, suavizan y regeneran las fibras capilares.

Los aceites vegetales resultan unos socios remarcables en el cuidado de las pieles secas, desvitalizadas, de las arrugas, de las pieles sensibles, de las pieles alteradas por el sol, de las manos agrietadas… También son perfectos para el cuidado de los niños y los lactantes.